Las cuarentenas y las restricciones a locales que no ofrecen elementos de primera necesidad han marcado un complejo escenario para botillerías, debido a que tuvieron que bajar sus cortinas a la espera de estar habilitados para funcionar nuevamente.
Desde la Seremi de Salud recalcaron que en cuarentena están permitidos establecimientos que presten servicios esenciales, tales como negocios que expendan alimentos en la pandemia. La venta de alcoholes no está supervisada por la autoridad sanitaria, pero los locales que lo hacen de forma exclusiva y solo con dicha patente no pueden abrir bajo el confinamiento obligatorio.
Juan Viveros, encargado de la botillería "Tío Nano" del sector Laguna Redonda de Concepción, que tuvo que cerrar de manera indefinida, sostuvo que "la pandemia ha afectado bastante, ya que el mismo toque de queda nos limitaba los horarios. Ahora con la cuarentena nos vimos forzados a cerrar. Uno entiende que el bienestar y la salud de las personas son la prioridad, pero no podemos negar que también muchos comerciantes nos hemos visto perjudicados con estas decisiones".
Agregó que "la ayuda del Gobierno no es clara, requiere de muchos trámites e, incluso, la aplicación de las medidas sanitarias muchas veces confunde a la gente. Espero que esto mejore y que podamos funcionar en condiciones más normales, ya que ha sido muy complicado".
Sobre cómo espera afrontar este periodo de cuarentena por los gastos que implica el negocio, el comerciante indicó que "tuve que llegar a un acuerdo con el dueño del local por el tema del arriendo, pero las deudas comienzan a acumularse y por más que pueda conseguir facilidades, se va generando una mochila cada vez más pesada".
En contraparte, otros locales mantienen la venta de bebidas alcohólicas debido a que también ofrecen abarrotes, como es el caso del local "Donde Fito" de Villa la Ribera de Chiguayante. Verónica Escobar, administradora del lugar, indicó que "la gente está prefiriendo ir a los negocios de barrio, por la cercanía y el menor riesgo de exponerse al covid-19. En ventas durante la semana está más lento con la cuarentena, pero los fines de semana mejora bastante".
Añadió que "somos rigurosos para evitar aglomeraciones de clientes. Les pedimos que sean claros y tengan una la lista de las cosas que buscan, sea alcohol o alimentos. Incluso les pasamos un número telefónico del local para que nos puedan consultar antes de venir y toda la atención sea más eficiente".
Desde la Seremi de Salud recalcaron que en cuarentena están permitidos establecimientos que presten servicios esenciales, tales como negocios que expendan alimentos en la pandemia. La venta de alcoholes no está supervisada por la autoridad sanitaria, pero los locales que lo hacen de forma exclusiva y solo con dicha patente no pueden abrir bajo el confinamiento obligatorio.
Juan Viveros, encargado de la botillería "Tío Nano" del sector Laguna Redonda de Concepción, que tuvo que cerrar de manera indefinida, sostuvo que "la pandemia ha afectado bastante, ya que el mismo toque de queda nos limitaba los horarios. Ahora con la cuarentena nos vimos forzados a cerrar. Uno entiende que el bienestar y la salud de las personas son la prioridad, pero no podemos negar que también muchos comerciantes nos hemos visto perjudicados con estas decisiones".
Agregó que "la ayuda del Gobierno no es clara, requiere de muchos trámites e, incluso, la aplicación de las medidas sanitarias muchas veces confunde a la gente. Espero que esto mejore y que podamos funcionar en condiciones más normales, ya que ha sido muy complicado".
Sobre cómo espera afrontar este periodo de cuarentena por los gastos que implica el negocio, el comerciante indicó que "tuve que llegar a un acuerdo con el dueño del local por el tema del arriendo, pero las deudas comienzan a acumularse y por más que pueda conseguir facilidades, se va generando una mochila cada vez más pesada".
En contraparte, otros locales mantienen la venta de bebidas alcohólicas debido a que también ofrecen abarrotes, como es el caso del local "Donde Fito" de Villa la Ribera de Chiguayante. Verónica Escobar, administradora del lugar, indicó que "la gente está prefiriendo ir a los negocios de barrio, por la cercanía y el menor riesgo de exponerse al covid-19. En ventas durante la semana está más lento con la cuarentena, pero los fines de semana mejora bastante".
Añadió que "somos rigurosos para evitar aglomeraciones de clientes. Les pedimos que sean claros y tengan una la lista de las cosas que buscan, sea alcohol o alimentos. Incluso les pasamos un número telefónico del local para que nos puedan consultar antes de venir y toda la atención sea más eficiente".