Desde el 2011 la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) desarrolla a nivel nacional el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), iniciativa llevada a cabo junto al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que evalúa a 99 comunas del país que superan el umbral de los 50 mil habitantes.
Este trabajo es realizado con la finalidad de asistir en el diseño de las políticas públicas y la focalización de recursos destinados a potenciar las condiciones de vida de los chilenos.
Tras los resultados del último informe, desde la CChC Concepción expresaron que "hay consenso de que el Gran Concepción sufre las consecuencias de una grave crisis de falta de inversión, atraso en su infraestructura mayor y conectividad, que afecta la calidad y la competitividad regional".
Los resultados
En el ICVU 2022 se consideró a diez ciudades de la Región del Biobío, de las cuales cuatro subieron de categoría: San Pedro de la Paz y Chiguayante pasaron de estar en nivel medio-alto a alto, Coronel subió a medio-alto y Penco avanzó a medio-bajo.El resto se mantuvo en sus niveles de 2021, como Hualpén y Talcahuano en medio-alto, Concepción en nivel alto y Los Ángeles en medio-bajo. Las comunas de Tomé y Lota son las peores evaluadas, ya que siguen en la posición baja.
Del total de comunas estudiadas a lo largo del país, 19 se ubican en el nivel alto, otras 18 en el nivel medio-alto, 23 están en el nivel medio-bajo y 39 en el bajo. En comparación con los resultados obtenidos en 2021, sólo 22 ciudades mejoraron su posición, 65 se mantuvieron igual y 12 disminuyeron.
Qué se evalúa
El ICVU mide y contrasta la calidad de las comunas a partir de 44 variables, las que conforman seis grandes dimensiones: las condiciones laborales, el ambiente de negocios, las condiciones socioculturales, la conectividad y movilidad, la salud y el medioambiente, viviendas y entorno.Según el arquitecto y experto urbanista Sergio Baeriswyl, este índice es importante debido a que se realiza anualmente con los mismos indicadores, lo que permite "analizar la evolución de la comuna en el tiempo y hacer comparaciones". Además, agregó que "el índice no tiene relación con la percepción de la ciudadanía respecto de su entorno. Puede ocurrir que la percepción esté lejana de los resultados que el estudio presenta".
Respecto a las dimensiones, la primera estudia el nivel de precariedad y la estabilidad del mercado laboral de la ciudad, así como dependencia del Estado. La segunda, relacionada con los negocios, analiza el nivel de actividad económica, de emprendimiento, de capacitación y el acceso a servicios bancarios. La tercera se enfoca en la educación secundaria y el acceso a educación superior, así como la vulnerabilidad social y pobreza multidimensional.
La cuarta tiene por variables la permeabilidad urbana, la exposición a accidentes de tránsito, proximidad del transporte público y conexión a internet. La quinta dimensión observa en salud la inversión en infraestructura, el equipamiento y los servicios, el manejo ambiental, y exposición a riesgos naturales o antrópicos.
La última variable apunta a la inversión pública, la disposición de espacios públicos, la seguridad ciudadana y el nivel de hacinamiento de los hogares.
Estos indicadores usualmente no son visibles para los ciudadanos al momento de examinar su entorno urbano, por eso alguna comuna que en un año estuvo en una buena posición al siguiente podría cambiar, sin que se perciba un cambio en el exterior, según los expertos.
La CChC Concepción concluyó que a partir de una mirada regional "es necesario actualizar e incorporar nuevas variables e indicadores, a fin de que el ICVU pueda reflejar con mayor precisión la realidad regional y permita comprender las brechas en la calidad de vida urbana en las distintas comunas".