No conoce a otra mujer que tenga una empresa del rubro de la maquinaria pesada en el Biobío. Pero le gustaría que hubiesen más. Incluso, dotar su empresa con mano de obra femenina. Mensajes como éste dejó en el conversatorio "Liderazgo Femenino en la Mecánica", realizado en Inacap San Pedro de la Paz, Constanza Quiroz, quien a sus 27 años de edad es dueña de "Constanza Quiroz: Maquinaria y Transporte".
Ella quiso que su empresa y su logo llevaran su nombre. El ¿por qué? explica, es porque quiere enfatizar que es mujer. "Me pasaba que yo tenía 'Quiroz Maquinaria' y decían: 'Ay, pero es que esta empresa es del papá, es que es del tío…'. Quiero que sepan que la dueña es una mujer", sentencia.
Nuevo rubro
Fue a los 22 años que la ingeniera en Administración de Empresas, impulsada por su papá, partió en esta área, pese a que no tenía experiencia alguna en el área. "Él me regaló mis primeros tres equipos (entre excavadoras y retroexcavadoras). Tuve que buscar gente. Tuve que empezar a preguntar cómo contratar, a quién contratar, cuánto pagar", dice la joven, quien previamente trabajaba en un sushi."Él puso toda su confianza en mí. Me dijo: 'Voy a estar contigo el primer año. Económicamente lo hizo, pero yo tuve que buscar los trabajos", relata. Los primeros meses fueron difíciles y llegaba llorando, prácticamente, todos los días. "Salía todos los días a buscar trabajo. Tenía la presión de pagar tres sueldos, el combustible. Y en la noche me iba a estudiar", añade Quiroz, que -en un comienzo- cuenta que fue difícil tratar con los hombres, no sólo porque era muy joven, sino que porque también desconocía el rubro.
Un día, vino el ultimátum de su padre: o continuaba o buscaba un trabajo dependiente. "No lloré nunca más". Así, empoderada, decidió seguir, pues "si mi papá pone su confianza en mí, tengo que tirar esto para arriba. Tengo que aprovechar esto".
Redes sociales
Las redes sociales fueron su aliada. En el Instagram (@quiroz_maquinarias) comenzó a moverse y hacerse conocida. "En ese momento dije, a ver, voy a probar aquí. Empecé a subir un poquito más de fotos. Hoy tengo un 70% de mis ventas por redes sociales", señala a La Estrella.Llegó a trabajar a Santiago, a Vespucio Oriente 1, a la conexión de los túneles. Volviendo de la capital, se compró su segundo camión. No obstante, hace dos años, tuvo que parar y hacer un cambio en su vida. "En mi tercer año de maquinaria me regresé a Concepción y tuve depresión. Estuve siete meses encerrada hasta que conocí a Dios, que me cambió la vida", cuenta.
Ahí vino lo que ella expresa como un antes y un después en su vida. "Sé que mi éxito hoy día es un 99% gracias a Él, porque me rescató de donde yo estaba con todo perdido. Y bueno, cuando me pasa todo esto, siempre confié en Dios que cuando yo volviera a trabajar me iba a ir muy bien". Y así fue. Adquirió su tercer camión 2024 cero kilómetro y, de paso, le plasmó el Salmo que la acompañó en su momento complejo: "Esta bendición tuve porque guardé tus mandamientos".
Actualmente, cuatro personas trabajan con ella, tres choferes y un operador. Con quienes están en la terminación de tierra del Puente Bicentenario. Ella es la única mujer del rubro en este lugar y sus únicas pares, dice, que ha visto son prevencionistas de riesgos. Por eso le gustaría ver más mujeres en lugares como éstos y, asegura, que no se siente diferente cuando trata con hombres.
"Tengo una relación súper humana con ellos (...) Al principio, quizás, me sentí excluida, discriminada, por ser muy chica o mujer, o me miraban como menos profesional, porque llegaba con tacos a las faenas, pero era porque desconocía el protocolo de protección personal. Pero ahora todos saben que soy muy profesional, que me gusta hacer todo bien", sentencia.
Por eso quiere inspirar a otras mujeres a meterse en el rubro, para lo cual tiene una estrecha relación con Inacap para inspirar a sus alumnas. "Tengo muchos proyectos con mujeres. Por eso creo que es una instancia súper buena. Porque espero sacarlos a la luz pronto. E incluir mujeres, netamente. Quiero tener el día de mañana una chofer, una operaria. Quiero tener una chica mecánica (...) Es una de mis metas. Entonces yo quiero marcar la diferencia", cuenta.
-Hoy ¿Qué le dice su papá?
-Él está muy orgulloso de mí. Él es, después de Dios, la persona que más me apoya, que más está conmigo. Un 100%. Él está pendiente de mí. Y es la persona que ha creído en mí. Cuando yo muchas veces quise desistir, él estuvo ahí para recordarme que yo sí era capaz".